Corazón Blindado
Recuerdo cuando era niña era muy pero muy apegada a mi abuelita. Era mi amiga mi confidente. Ella me consentía mucho. Era una mujer muy sabia. Yo crecí sabiéndome todos sus dichos de memoria. Por lo mismo que era muy sabia cuidaba cada uno de mis pasos para que no me lastimara. Luego comencé a crecer y como toda adolescente me enamoré. Tuve mi primer crush como decían. En nuestra casa, teníamos estudio bíblico los jueves en la noche. Eran pocos los miembros quizás eran 7 parejas de esposos. Un día Betty llego acompañada de su hijo. Cuando lo vi me fascinó. Era indescriptible la felicidad y la tembladera que me daba cuando lo veía bajar del carro y llegar a nuestra casa. Era tan perfecto hasta para parquear el carro, tan exacto tan perfecto( las cosas que yo me fijaba 😅) Sus uñas bien recortaditas. Unas manos preciosas. No se diga su sonrisa. Estudiaba ingeniería en la Universidad San Carlos. A veces llevaba sus anotaciones, sus cuadernos de lejos alcanzaba a ver su letra, su orden impecable. Me enamoré de él. Me sonrojaba mucho. No lo podía disimular parecía tomatito. Yo tenía quizás unos 13 años y el ya era un chico de unos 19. Mi abuelita sabía que solo me rompería el corazón ya que los Intereses de él en aquel entonces eran diferentes a los míos. El ya estaba en la universidad yo era una niña de colegio. Que posibilidades podría tener? Ninguna. Mi abuelita me enseñó a no desbordar mis sentimientos, a ser una dama discreta. Y a ver las cosas con la realidad no con el corazón. Cuando terminaba el estudio acostumbrábamos a compartir un rato con una pequeña refacción. Yo gustosamente la repartía la para verlo, para ver sus labios escuchar de cerca su voz, ver de cerca su sonrisa. Quería estar cerca, aunque sea por unos instantes. Cuando terminaba la reunión el tiempo parecía detenerse cuando estaba frente a él. Me fascinaba. Mi momentos favorito era cuando le contaba a mi abuelita lo que sentía, lo que veía.
- Abuelita abuelita Carlitos se me quedo viendo.
- Mi amor como querés que no se te quede viendo si te sentaste en frente.
- Ah 😞
- Abuelita me rozo la manooooo!
- Como querés que no te roce la mano si le serviste su refacción.
- Abuelita 👵 me sonrió
- Es un joven muy correcto muy amable no confundas caballerosidad con coquetería.
Con el tiempo el se ausentó del estudio bíblico. Yo con ansias desde la ventana veía a llegar a todos cuando llegaba el carro rojo sin él se me desmoronaba el resto de la semana. Hasta que un día no me aguanté más. Tome valor y le pregunté a su mamá;
— Porque Carlitos ya no viene con usted?. Su mamá me contestó;
—por qué está muy ocupado en la universidad y anda con una su novia nueva que tiene. Se me rompió el corazón, lloré tanto esa noche hasta más no poder. De tanto llorar me quedé dormida. Aprendí a ser objetiva. A ver las cosas a través del cristal que me dio mi abuelita para que no me rompieran el corazón. No se si es una buena idea Poner un blindaje en el corazón. También mi mamá me dijo: “No esperes nada bueno ni te ilusiones por pequeñeces, ni mucho menos imagines grandes espectativas…Si algo bueno pasa, tómalo como una sorpresa, como un regalo. Porque peor es esperar, ilusionarse y que de pronto, te golpee fuertemente la decepción y que no era como lo esperabas”. Que todo lo bueno que te pase sea un presente, un regalo, una sorpresa. Aprendí a ser fría, nunca me atribuí los halagos. Tuve muuuchos enamorados. En la iglesia, en la universidad. Recuerdo a Martín. Yo ya más grandecita. En la iglesia el era el chico del saxofón. El era miembro de los músicos de la iglesia. Tenía su fan club, todas se derretían por el., y yo ni importancia le daba. Luego me pasó al revés. Mis amigas me decían;
—te fijaste que Martín se bajó del escenario solo para salir adelante y verte?
—neeee, se bajo porque ya termino de tocar no por mí.
—te fijaste que está volteando a ver a cada rato?
—neeeee no creo, no es por mi, de plano algún conocido se sentó por donde estamos y por eso nos está viendo.
—Te fijaste que cuando te saludó se sonrojó?
—neeeee, ha de ser tímido no creo que por saludarme fue. Es más, me tuvieron que robar el primer beso porque no me daba cuenta cuando me estaban cortejando.
Eres una muñeca muy despistada me decían. No era eso, solo aprendí a ver a través de otro cristal. Aprendí a ser literal. Aprendí a caminar con los pies en el suelo. Quizás muchos amores desfilaron se enamoraron y se dieron por vencidos. Ella no era fría. Sólo protegía su corazón. Quizás por eso llamaba la atención, porque era diferente era difícil de domar. Ella no se dejaba apantallar fácilmente. Decían qué era difícil de amar. Ella blindó su corazón para no volver a ser herida. Nunca volvió a sentir dolor pero no sabe sentir una caricia.
Anabella de laVega.
